Hola mi nombre es Andrés, vivo en Bogotá y soy virgen. Se preguntaran si soy una especie de feo viviente o tengo algún problema mental y mi respuesta es No. Soy físicamente normal y mi decisión de ser virgen es una larga cadena de eventos y sucesos que hoy en día me hace vivir en un dilema.
Todo empezó en una fiesta de diciembre cuando tenía 18 años y decidí que era hora de perder mi tierna virginidad con mi novia de toda la vida, pero esa mujer esa misma noche la encontré poniéndome los cachos con mi mejor amigo. Después de ese desagradable impase me prometí a mi mismo solo darle mi tierno regalo a una mujer que se lo mereciera y que también fuera virgen, desafortunamente a los 35 años parece que aun no ha llegado esa mujer y me pone a pensar si debo continuar con mi promesa o caer en las lujurias de la vida moderna.